–Amigo...ya basta de estupidez y ve a buscar a esa chica –me dice Gas, estábamos en la cafetería.
–Ya la olvide –le respondo en un susurro, los chicos ríen.
–La olvidaste tanto que revisas su Facebook a cada rato, en tu fondo de pantalla también sale ella...
–Y no olvides que la mira en todas la clases...
–Y que golpea a todos los chicos que la miran.
– ¡Le miran su trasero! –me defiendo.
– ¿Y? Somos chicos, los chicos miramos esas cosas.
–Pero... ¿Por qué a ella?
– ¿Y por qué no?
–Porque...Ella es –me quedo en silencio, ella ya no es mía.
– ¿Qué es? –me provocó Agus.
–Ella es...
–Venga, dilo.
–Ella es mía. Así que si ustedes la miran cabrones los mataré.
–Ese es el Peter que conozco –dice Nico
La puerta de la cafetería se abre y entran la china, Cande y Stefano. Mi sonrisa se borra... ¿Dónde está Lali?
–Ve a buscar a tu chica –Me dice Gas –Antes de que sea demasiado tarde.
–Ya es demasiado tarde.
Y lo digo enserio, ya es demasiado tarde.
Pero Peter Lanzani no es de los que se rinden...
****
– ¡Peter! –grita una voz de chica.
Me doy media vuelta para ver a Paloma corriendo hacia mi.
–Peter...tengo que hablar contigo.
– ¡No me digas que estas embarazada! Porque juro por dios que me mató.
–No es eso –me dice –Es sobre Juliana y tú.
–Ok, vamos a la cafetería –las clases comenzaban en 30 minutos.
– ¿Alguna vez lo has hecho con Juliana sin protección?
Su pregunta me deja paralizado, mierda.
–Yo...sí –comienzo a maldecirme en voz baja, ¿Cómo fui tan estúpido?
– ¿Cuantas veces?
– ¿Por qué tantas preguntas?
–Tú sólo respóndeme.
–Sólo dos veces.
– ¿Cuando?
–En Abril, y la otra en Septiembre...el 4 de septiembre.
Ella cierra los ojos con fuerza.
–Serás imbécil.
– ¿Qué...?
–Juliana...quiero vengarme de ella.
–Pensé que era tu amiga.
–Yo también.
Cuando llegamos escaneo la cafetería, mi mirada se va directamente hacia Euge, esta Cande y...Lali.
Trago saliva, se ve jodidamente hermosa.
–Sentémonos aquí –me dice Paloma, yo asiento y camino junto a ella.
– ¿Por qué te quieres vengar de Juliana?
–Porque...ella sabía que a mí me gustabas, y ella hizo todo lo posible para acostarse contigo. Y me lo confesó ayer cuando estaba borracha.
– ¿Tú...?
–Sí, me gustabas. Cuando llegaste aquí te encontré muy atractivo...y yo pensé que Juliana no lo sabía, pero me equivoque. Cuando se enteró hizo todo lo posible para que no te fijaras en mí.
La miro, sus ojos se llenan de lágrimas, siento un poco de pena por ella.
–Yo pensé...ella era mi única amiga.
–Y yo pensé que tú eras igual que Juliana, pero me equivoque –le sonrió, una lágrima cae por su mejilla, luego otra, y luego ambas mejillas están mojadas por las lágrimas. Con mis dedos le secó un poco.
–Nunca sabes cómo son realmente las personas –me dice sonriendo, su sonrisa es linda.
–Sí –miro hacia donde esta Lali, ella me está mirando, nuestras miradas se encuentran...y ella la aparta rápidamente –Tienes razón.
– ¿Me ayudarás a vengarme de ella?
– ¿Y qué harás tú por mí?
–Saber si el bebé es tuyo o no.
–Me gusta la idea.
– ¿Socios? –me dice sonriendo y estirando su mano, yo me río.
–Socios –Digo estrechando su mano.
–Tú novia me quiere asesinar –me susurra, yo miro de nuevo a Lali, la cual esta mirando con odio a Paloma.
–Sólo no le agradas.
–Más que eso, estoy aquí conversando contigo, tomando tu mano, y riéndonos. Piensa que estamos ligando.
–Quieres decir qué...
–Esta celosa.
–No lo creo, porque ella me dejó.
–Pero aún te quiere, y por su mirada...quiere que vayas tras ella.
– ¿Que vaya tras ella?
–Que te la juegues, soy mujer y conozco esa mirada.
–Pero ella no me quiere ni ver.
–Créeme yo tampoco te querría ver si me dicen que tendrás un hijo con otra.
– ¿Entonces?
–Demuéstrale que la quieres a ella.
–Ya lo hice y no funcionó.
–No lo has hecho.
–Le dije que la quería.
–Se lo dijiste, es mejor demostrarlo.
– ¿Estas segura? –Ella asiente – ¿Y cómo se lo demuestro?
–Ahora es cosa tuya, tú sabrás como.
–Gracias por el consejo.
–De nada, Lali es buena chica –me guiña, para luego pararse –No vemos luego.
Da media vuelta y se va.
Miro de nuevo a Lali, ella ya no me mira.
“Nunca pensé que una chica me contraloría de esa manera, que dependería de ella
Nunca pensé que amaría a alguien de ese modo.
No sabía que estaba tan jodido hasta que ella llegó a mi vida.
Ahora que no está vuelvo a ser el cabrón de antes.
Vuelvo a mi vida de antes.
Ella sin saber era mi salvavidas.”
–Lali...eres mi salvación –Mi voz suena rota.
– ¿Por qué no vas a hablar con él? –pregunta Cande.
Estábamos en la cafetería comiendo algo antes de ir a la clase.
–Porque él tiene que hablarme primero, yo no iré detrás de nadie.
Seguimos hablando, fijo mi vista en la chica que acaba de entrar, genial es Paloma
–Yo me voy –estaba a punto de pararme cuando lo veo...Peter con su cabello alborotado, mordiéndose el labio inferior.
Me quedo mirándolos hasta que se sientan y comienzan a hablar, ¿Pero qué demonios?
–Uhhh creo que si no te apuras te lo quitaran –susurra Cande.
No le hago caso y sigo mirándolos.
Peter le sonríe, luego le ¿limpia la cara? no sé, Paloma le tiende la mano, perra alejate de él. Peter ríe y le estrecha la mano.
–Pareciera como si quisieras matarla.
–No parece, quiero matarla.
– ¿Y por qué? –me provoca Stefano.
–Porque...yo.
– ¿Tú qué?
–Él es mío, y ella esta sonriéndole.
Ya está, lo dije. Él es mío, y ninguna perra me lo va a quitar.
– ¿Es tuyo?
–Completamente mío.
Mire con atención como Paloma se iba de la cafetería y como Peter la miraba. Diablos ¿Por qué estoy tan celosa de esa zorra?
Peter me mira por última vez y se va.
–Ve, habla con él.
–No seas estúpida y orgullosa –me dice la china.
–Ok, ok...iré –susurro, ellos aplauden y yo los fulminó con la mirada.
Me paro y camino hacia la salida.
Busco con la mirada a Peter... ¿Cómo diablos camina tan rápido?
Sigo caminando y llegó hasta su habitación, tocó la puerta.
–La... –Susurra él cuando me habré la puerta.
– ¿Podemos hablar?
–Claro, yo...eh, pasa –dice nervioso y corriéndose de la puerta.
–Eh... –miró su habitación, me pongo nerviosa, mis manos sudan. No había preparado un discurso o algo.
– ¿Puedo comenzar hablar yo? –Yo asiento y suspiro de alivio.
Él camina hasta sentarse en su cama, yo lo sigo y me siento. Nos miramos, sus ojos avellanas me hipnotizan.
–Yo...tú sabes que te quiero ¿Verdad? tú debes saberlo, tienes que saberlo.
–Yo...también.
– ¿Qué?
–Yo también...te quiero.
Me sonrojo y bajo la vista. Peter me toma una mano y la acaricia. Subo rápidamente la mirada y me fijó en sus ojos, tienen un brillo de nuevo y ahora sonríe, se ve más seguro de si mismo.
–Juliana no me interesa.
–Pero...
–No me interesa –Repite–Averiguare si ese bebé es mío.
– ¿Y cómo harás eso?
–Paloma me ayudará...
– ¡¿Qué?! ¿Y por qué ella?
Los celos me están matando.
–Porque...ella se ofreció a hacerlo –sonríe– ¿Estas celosa?
–Sí, y tú idiota lo sabes –primera vez que lo admito y Peter sonríe de oreja a oreja.
–Te ves hermosa cuando esta celosa –me dice acariciándome la mejilla. Aún sigo sonrojada.
–Idiota –susurro mirando sus labios.
–Lo sé –me dice– Pero quiero que esto quede en tu cabecita loca, Tu eres a la única que necesito...eres y siempre serás tú.
–Yo... –No sé qué decir, estoy sin palabras.
–No espera, quiero que sepas que Juliana no puede romper con sus palabras el amor que siento por ti, ¿Ves que has hecho en mi? Yo Peter Lanzani hablando de amor.
–Siempre has sido así, es sólo que lo tenías oculto –le guiño y el ríe.
–Una palabra de esto a mis amigos y estarás muerta.
–Y yo que pensé que me querías.
–Te quiero –me dice– Quiero que estés a mi lado mientras descubramos la verdad.
–No creo aguantar.
–Lo harás, por nosotros.
–Yo...
–Si pasamos juntos por esto, nadie ni nada nos podrá separar. Quiero que estes junto a mi en esto.
–No te dejaré sólo en esto –susurró– ¿Qué clase de novia sería?
Peter sonríe como un niño pequeño al que le han regalado un dulce.
–Ahora, no puedo creer que haya dicho todas esas cosas tan gay.
Peter cagando momento desde...
–Extrañaba tu trasero –me dice cuando me levanto.
Y ahí está el Peter que conozco.
Él se levanta conmigo y me agarra de la cintura tirándome hacia él. Luego sin darme cuenta...sus labios están sobre los míos.
–Prometo que aclararemos este problema, pero lo haremos juntos –me susurra.