lunes, 7 de marzo de 2016

Epilogo







7 años después...


             

– ¡Lali! –grita Peter, bajo las escaleras.


             

– ¿Qué sucede?


             

–Ayúdame –me dice, la pequeña estaba en su regazo riendo y pintando sus labios, comienzo a reír, Peter parece un jodido payaso.


             

–Alle deja a papá tranquilo –le digo, caminando hacia la cocina.


             

–Oh, gracias por tú ayuda –me dice irónico.


             

Abro el refrigerador y saco una barra de chocolate, comienzo a comerla y caminar hacia Peter.


             

–Alle –la llamo, la niña me mira–Ven con mami.


             

Ella chilla de alegría y viene corriendo hacia mí. La tomo en mis brazos.


             

–Dejaste a papá muy bello –le digo riendo, ella asiente.


             

Allegra tenía los ojos verdes de Peter, en realidad era una mini Peter versión mujer, ella solo tenía mi cabello.


             

–Nena hoy viene la china con Nico –me dice, sacándose el maquillaje.


             

– ¿Tía Euge? –pregunta Alle, sus ojos brillantes de alegría.


             

–Sip, y tío Nico –le digo, Peter se me acerca y me quita la barra de chocolate y comienza a comérsela.


             

–Papá –le dice Allegra apuntándolo con su pequeño dedito–Eso.No.Sé.Hace–lo regaña.


             

Me muerdo el labio para no reírme, Alle sigue mirando a Peter con el ceño fruncido.


             

–Oh –dice Peter mientras sigue comiendo–Lo siento.


             

Le besa su frente y me da un beso en los labios. Comienza a sonar el teléfono y Alle comienza a moverse en mis brazos. La bajo y ella sale corriendo hacía el teléfono.


             

– ¿Holaaa?


             

–Ella es todo un diablillo –me dice Peter besándome el cuello.


             

– ¿Tía Cande? –pregunta la niña.


             

–Sí, lo es –sonrío.


             

– ¡REGALOS! –grita la pequeña Allegra haciéndonos reír.


             


Luego de que Allegra naciera, Peter compro un pequeño departamento, yo seguí con mis estudios, mi madre nos ayudó mucho con la pequeña. Peter junto dinero, mientras yo también lo hacía, y juntos con el tiempo compramos esta casa. Peter sigue trabajando y yo cuido de Alle, que ahora va al kínder. Ah por cierto termine la universidad.


Stefano está en algo serio con un chico muy simpático llamado Tobias.



Cande...no van a creer esto: Ella y Agus tiene un hijo, el pequeño Tomi, Alle le gana por algunos meses.



La china y Nico se casaron, Euge sigue en la universidad y Nico en lo de siempre, pero está tomando la decisión de salir, es muy peligroso para él y para la china, ya que ésta está esperando a su hijo.



Mi mamá y su citas, ¿Lo recuerdan? El hombre misterioso no era ni más ni menos que Mariano, exacto...el hombre que cuido de Peter cuando era un niño.



Nunca más supimos nada más de Pablo, y Peter me conto su sueño, Pablo era hijo de Mariano.



Juliana se fue del país luego de terminar el instituto.



–Mami –dice Alle llegando a nuestro lado–Tía Cande viene, y me trae regalos.



– ¿Tía Cande?



– ¡Sííí! También viene Tomi –grita de emoción.



Ella y Tomas se llevaban de maravilla.



En la tarde llego Cande con Agus y el pequeño Tomi.



– ¿Dónde está Alle, tía Lali? –me pregunta Tomi luego de un rato.



–Jugando en el jardín –le respondo, él me sonríe y sale a jugar.



Estábamos todos riendo y tomando algunas cervezas, Nico y Euge ya habían llegado, también Stef.



– ¿Te acuerdas cuando...? –Alle entro corriendo  interrumpiendo a la china.



– ¡Mamá! –me dice, yo la miro.



– ¿Qué pasa cariño?



– ¡Tomime beso! –me dice, Peter el cual me tenía en su regazo se tensó. Miro detrás a Tomi el cual esta sonrojado.



– ¿Qué él, hizo qué? –grita Peter. Euge comienza a reír.



–Tía Peter...yo –comienza a decir Tomi sonrojado.



–Allegra Lanzani estas castigada –le dice Peter enojado, Alle me mira a mí, las lágrimas cayendo de sus ojos.



–Peter, no –le digo, me paro de su regazo y tomo a Alle en mis brazos. Ella pone su cabeza en mi cuello.



Camino hacia el jardín y me siento, miro a Alle y le limpio las lágrimas.



–Papi se enojó conmigo –dice y un sollozo sale de ella.



–No, papi no está enojado, es solo que es muy sobreprotector –le digo, ella me mira confundida– No quiere que los chicos te besen, eres muy pequeña.



–Pero Tomi es lindo –me dice, yo comienzo a reír.



– ¿Dónde te beso Tomi? –le pregunto, ella se toca su mejilla.



–Aquí –me dice sonrojándose.



–Menos mal te beso allí –dice Peter sentándose al lado mío–Porque o sí no...



–Peter basta –le digo, el me mira luego mira a Alle y ve sus lagrima, tiende sus brazos hacia ella.



–Ven con papi –le dice, Alle niega con la cabeza.



–Papi está enojado –dice, se seca las lágrimas con sus manitas.



–No, papi ya no está enojado –le dice, ella lo mira y sus ojitos vuelven a brillar, sonríe y se lanza a sus brazos.



–Te amo pequeña –le susurra al oído haciendo reír a Allegra.



Miro la escena y mis ojos se llenan de lágrimas, esto es tan mágico e irreal. Nunca imagine estar así. Peter con mi hija en sus brazos, nunca imagine que tendría una vida junto a Peter, nunca imagine que Peter cambiaria...por mí. No puedo imaginar que hubiera pasado sí Peter seguía con el estilo de vida que tenía antes, probablemente no estaría aquí, estaría muerto por alguna pelea, o por sobredosis.



– ¿Eso significa que Tomi puede ser mi novio? –pregunta Alle, Peter se pone pálido.



–Nunca, hasta que tengas 30 años.



Yo comienzo a reírme, Peter se volverá loco cuando Alle crezca y comience a tener novios.



–Vamos los chicos están esperándonos–me dice Peter cuando Alle corrió hacia adentro. Yo asiento y el me atrae hacia él.



–Te amo –susurra y me besa. Sus besos siguen causando cosas en mi interior.



–También te amo –le digo, él me sonríe.



–Me encantas –me dice al oído–Me encantaría estar dentro de ti, ahora mismo.



Sus palabras me calientan.



–Tendrás que esperar –le respondo con una sonrisa, Peter no es de los que esperan.



–Sabes que podría tomarte ahora mismo –me dice mordiendo mi cuello y tocando mi trasero.



–Los chicos nos están esperando –le digo en un gemido.



–Ellos pueden esperar –me dice.



– ¡Hey! –nos grita Cande riendo– ¡Peter deja a Lali, es nuestra ahora!

Peter comienza a quejarse, y yo me rio.



–Pero...yo quería mi dulce –me dice, haciendo un puchero.



–Luego tendrás tu dulce.



Le guiño un ojo y lo arrastro hacia adentro.




                          ****





– ¡Mami, no quiero ir! –me dice Alle por sexta vez, era su primer día en el kínder.



 –Tienes que ir, Peter dile algo –le digo, Peter se encoge de hombros.



–Alle tienes que ir –le dice, estábamos en nuestra habitación, Peter estaba acostado en la cama viendo una película, mientras yo trataba de sacar a Allegra de la cama.



– ¡Pero no quiero! –grita, trato de nuevo de sacarla de la cama, pero ella se agarra de la sabana.



– ¡Allegra Lanzani! –Le grito roja de frustración, la pequeña me mira sorprendida–Levántate de la cama, ahora.



–Papi...



–Lali... –Me mira Peter.



–Tú te callas –le digo–Allegra levántate.



–Pero no quiero ir.



–Allegra levántate –le repito, ella comienza a lloriquear diciendo que no quiere ir, Peter la abraza.



–Ya está, no iras –le dice, Allegra lo mira sorprendida, luego sonríe y lo llena de besos.



–Sí, sí ira –le digo, Allegra me mira haciendo un puchero. Esta niña es imposible.



–Lali...



–No Peter, tú te callas, Allegra tiene que ir al colegio –me cruzo de brazos.



–Te ves sexy enojada –me guiña un ojo, yo me sonrojo. Sí Peter aún tenía el poder para hacerme sonrojar.



–Cállate, Allegra ven aquí –le digo, ella mira a Peter.



–Ve con mami –le dice, Allegra comienza a llorar, cosa que mata a Peter y hace que le de todo lo que ella pide.



–Prometo que luego del colegio te llevo por un helado –le dice, ella lo mira interesada.



– ¿De chocolate? –le pregunta, Peter asiente.



–Sí cariño, de chocolate.



– ¿Y me compraras una Barbie? –le pregunta, Allegra siempre sabe cómo chantajear y sacarle provecho a Peter.



–Claro, ahora ve a vestirte para que mamá te lleve al colegio.



Allegra le besa la mejilla y se baja de la cama.



– ¿Estas enojada mami? –me pregunta con una sonrisa.



–Sí, estoy muy enojada –le respondo, ella vuelve a sonreírme.



–Te quiero –me dice, y corre a abrazarme, no puedo resistirme y le sonrió abrazándola.



–Vamos, que llegaremos tarde.



– ¡Peter apúrate! –le grito, Peter baja las escaleras, me besa y nos vamos al auto.



Siento a Allegra atrás, le pongo el cinturón de seguridad, luego me siento en el copiloto, y Peter pone en marcha el auto, camino al colegio de Allegra.



– ¿Mami?



–Dime.



– ¿Y sí alguna niña me pega? –me pregunta, Peter se tensa.



–Le pegas de vuelta –le dice Peter.



–No, tienes que decirle a la profesora –le respondo con una sonrisa, ella asiente.



–Papi... ¿Me vendrás a buscar?



–Claro princesa –le responde, Allegra sonríe.



– ¿Y me compraras una Barbie? Yo quiero una que vuele–vuelve a preguntarle, yo me rio.



– ¿Una que vuele? –le pregunta confundido.



–Sí, que tenga alas, igual que las hadas.



Luego de que Allegra hiciera otro show por no querer quedarse, y Peter prometiéndole más regalos, dejamos a Allegra en el colegio.



– ¿Y de donde le saco la estúpida Barbie? –me pregunta, yo me encojo de hombros.



–Tú problema –le respondo–Yo tengo que ir a ver a mi mamá.



El suspira frustrado, yo lo detengo del brazo, el me mira confundido y lo acerco hacia mí.



–No te preocupes, yo te ayudare –le digo, él me sonríe y me besa.



Luego de llegar de la casa de mi mamá, con Peter pasamos a buscar a Allegra.



– ¿Y sí le pegaron? Y ¿Si la molestaron? –comienza a preguntarme Peter, yo sonrío.



–No creo, tranquilízate.



–Pero... -se interrumpe cuando las puertas se abren, Allegra comienza a buscarnos con la mirada, hasta que ve a Peter, se suelta de la mano de la profesora y corre hacia Peter.

                     
– ¡Papi! –grita, Peter la toma en sus brazos, y ella ríe.


                     

– ¿Es usted el padre? –le pregunta la profesora, Peter asiente, yo me acerco.


                     

–Allegra es un amor de niña –dice la profesora, luego me mira– ¿Es usted su madre?


                     

Yo asiento sonriendo.


                     

–Allegra es toda una damita –le sonríe a Alle–Todo bien, ah y lleva tarea. Nos vemos mañana Alle.


                     

Alle se despide de la profesora y comienza a contarnos que tal su día.


                     

– ¡Papá hice una oveja! ¡Dibuje una oveja! –le dice emocionada, yo sonrío.


                     

– ¿Sí? –Le pregunta Peter, ella asiente– ¿Hiciste amigas?


                     

– ¡Sííí! Mi amiga Tamara, mi amiga Daiana, mi amiga Azul, mi amiga Carolina y mi amiga Manuela...


                     

–Espera... ¿Tienes una amiga que se llama Manuela? –le pregunta Peter incrédulo, y comienza a reír.


                     

–Peter madura –le digo. Peter ríe, ríe y vuelve a reír.


                     

–También mi amigo Nacho–dice Alle.


                     

– ¿Alguna niña peleo contigo? –pegunte.


                     

–Sí –dice Alle–Paula no me quiso emprestar su muñeca, y yo le tire su muñeca a la basura.


                     

Peter comienza a reír nuevamente, yo le golpeo el brazo y Peter me mira frunciendo el ceño.


                     

– ¡Esa es mi hija! –dice Peter, luego me mira sonriendo.


                     

–Pero ella no peleo contigo.


                     

–Pero Paula me tiro el pelo cuando tire su muñeca –se queja– Pero yo le tire agua y le moje su feo vestido.


                     

Peter se sigue riendo, y yo le pego en su hombro.


                     

– ¿Qué? –me pregunta–Allegra se tiene que defender.


                     

–Eres un idiota.


                     

–Eso está mal, Allegra no puedes tirar las muñecas de las niñas, ni mojar sus vestidos.


                     

–Pero era feo –dice, y Peter vuelve a reír. El idiota no está ayudando.


                     

–No importa, no tienes que hacerlo.


                     

–Okay –me sonríe.


                     

Abro la puerta del auto y siento a Alle abrochándole el cinturón de seguridad.


–Papi ¿Vamos por un helado? –Pregunta, Peter asiente– ¿Y por mi Barbie?



– Alle ¿Tienes tarea? –le pregunto.



–No sé –me responde, Peter ríe y maneja hacia el centro comercial.




*Peter PDV*



– ¿Nena de que sabor quieres? –le pregunto a Lali, ella me sonríe.



–De vainilla –responde.



–Papi yo quiero de chocolate –me dice Allegra sentada en el regazo de su madre.



Asiento y me alejo para comprar los helados, dejando a mis dos chicas sentadas en una banca.



– ¿En qué te puedo ayudar? –me dice la chica de la caja, sonriéndome coqueta.



–Quiero dos helados grandes y uno mediano.



– ¿De qué sabores?



–De vainilla y chocolate, y el mediano igual de chocolate –le respondo, me doy media vuelta para mirar a mis chicas, Alle está contándole algo a Lali haciendo que esta riera.



Pago los helados, y la chica me da el cambio con su número de teléfono.



–Toma ten, creo que esto es tuyo –le devuelvo el papel con su número, ella me mira sonrojada–Ahora tengo que llevarle el helado a mi chica y a mi hija –le guiño el ojo y me voy con los helados.



– ¡Mi helado! –grita Alle cuando llego a su lado. Le doy su helado y me siento junto a Lali.



–Gracias –me besa Lali. Luego comienza a lamer el helado, me quedo mirando su boca. Dios mío.



–Papi –me dice Alle, la miro. Su cara está llena de helado, sonrió al verla.



–Alle, ven –le dice Lali, Allegra se acerca y Lali la limpia.



– ¿Vamos por la Barbie? –me pregunta emocionada, yo asiento y me levanto de la banca, tomo la mano de Lali y caminamos por el centro comercial por la jodida Barbie, mientras Allegra va dando saltitos por delante de nosotros.



                                   ****



Faltaban unas semanas para navidad, y Allegra estaba jodiendo a Lali por una bicicleta, yo las miraba divertido, a veces Lali perdía los nervios con Alle, y eso era gracioso de ver.



–Y también quiero un dragón –le dice, Lali me mira pidiéndome ayuda, yo me encojo de hombros.



–Y un unicornio, para que el dragón no se sienta solo –le vuelve a decir, Lali suspira.
.

–Papi ¿Tú me darás un dragón? –me pregunta, se sienta a mi lado en la cama.



–Te daré todo lo que quieras cariño –le respondo, ella chilla de alegría y me abraza.



–Quiero uno morado –me dice, yo asiento. Lali se levanta de la cama y baja.



–También quiero una Barbie –me dice, jodidas Barbies.



Ese día cuando le compre la que tenía alas, fue el mayor error de mi vida. Allegra estaba convencida de que la muñeca volaba. Un día mientras yo dormía, Alle tuvo la excelente idea de tirármela, la cosa me golpeo la nariz haciendo que sangrara, luego a las semanas después me la volvió a tirar, dejándome con mi mejilla morada. Lali solo se reía, hasta que Alle se convenció de que no volaba, pero no fue fácil, hubo llantos y berrinches de su parte.



–Pero que esta sí vuele –me dice mirándome con sus ojitos calculadores, iguales a los míos.



–Alle, los juguetes no se mueven –le digo, ella me mira frunciendo el ceño.



–Claro que sí, ¿cómo en Toy Story? –me pregunta, yo suspiro de frustración y me tapo mi cara con la almohada.



–Alle ve a joder a mamá.



– ¿Qué es joder? –me pregunta intrigada.



–Una mala palabra, así que no la repitas cuando mami este cerca –le digo, siento como la puerta se abre.



–Alle hora de vestirse –le dice Lali.



–Mami... ¿Qué es joder? –pregunta, yo me destapo la cara para mirar a Allegra, luego a Lali la cual frunce el ceño.



– ¿Quién te dijo eso? –le pregunta, oh no.



–Papá –le responde, Lali me mira, y yo le sonrió con inocencia.



–Es una mala palabra, no la vuelvas a repetir –le dice–Contigo hablaré luego.



Mierda.



–  ¿Para dónde vamos? –le pregunta cuando Lali le comienza a poner un vestido.



–A la casa de la abuela –le responde con una sonrisa.



–No me gusta este vestido –le dice luego de un rato.



– ¿Por qué no?



–Porque no tiene flores –le responde, Lali rueda los ojos. Ya se está frustrando.



–Alle, es lindo –le dice, pero Allegra no lo dejará.



–Este está feo, se parece a los vestidos de Paula, y los vestidos de Paula son feos.

                     
Yo me largo a reír, mientras Lali suspira.


                     

–Cariño, el vestido está lindo, porque es tuyo –le responde.


                     

–Entonces ¿Por qué no tiene flores?


                     

–Sí tiene, en la espalda, por eso no las puedes ver –le dice, miro la espalda de Alle, no hay ninguna flor, pero ella asiente y no se vuelve a quejar.


                     

–Alle baja a ver que muñecas vas a llevar –le digo, ella asiente y baja, tomo a Lali de la mano y la empujo hacia mí.


                     

– ¿Estas estresada? Yo puedo ayudarte –le digo haciéndola reír, comienzo a besar su cuello.


                     

–Allegra puede entrar en cualquier momento –me dice, me levanto y la tomo de la mano.


                     

–Vamos a bañarnos –le guiño un ojo.


                     


                      ****


                     

 –Mami quiero un perrito –le dice Alle.


                     

Estábamos viendo una película, y la niña de la película tenía un perro.


                     

–Pregúntale a tu papá –le responde, ella me mira sonriendo.        


                     

–Papi ¿Me compras un perrito?


                     

–Sí te lo compro, no te compraré el dragón –le digo, ella me mira pensativa.


                     

–Pero yo quiero ese perro –me dice apuntando el televisor, Lali se ríe.


                     

–Ya sabía yo que era tú hija –le dije, Lali para en seco de reír y me mira enojada, yo comencé reír a carcajadas.


                     

– ¿Qué estas tratando de decir? –me pregunta, yo me acerco a ella y le susurro en el oído para que Allegra no escuche.


                     

–Quiero mi dulce –le digo, ella se ríe y me muerde la oreja.


                     

–Yo también –me susurra, Allegra comienza a hablar de que hizo un hada en su cuaderno.


                     

–Aquí están sus alas, para volar, aquí sus piernas –seguía diciendo. Lali se acostó y se acurruco contra mí, yo la rodee con mi brazo.


                     

–...Y aquí sus zapatos –Allegra seguía hablando, Lali miro su dibujo, Allegra está a su lado sentada con su cuaderno y lápices.


                     

– ¿Te gusta? –le pregunto Allegra a Lali, esta asiente sonriendo. Bajo mi mano por su muslo.


                     

– ¿Y a ti papi, te gusta? –me pregunta, yo la miro, unas rayas, algo parecido a una niña y sus "Alas"


                     
–La hada esta hermosa –le respondo, Alle sonríe orgullosa.



–Lo sé –me dice, Lali comienza a reír hasta ahogarse con su saliva.



–Es como...tú –vuelve a reír, Allegra la mira entrecerrando sus ojos.



–Yo soy una niña, mi papi es un hombre –le dice, Lali sigue riendo, yo le susurró al oído.



–Sí Lali, yo soy un hombre –le digo, agarro sus caderas y la muevo contra mí, Lali deja de reír, y muerde su labio.



–Peter...no –me dice, yo vuelvo a moverla mientras toco sus muslos.



– ¿Por qué? –le pregunto, beso su cuello.



–Porque Allegra está aquí –me susurra, miro a Alle la cual está concentrada dibujando.



–Pero yo quiero –me quejo, Lali se da media vuelta y me besa.



–Luego –me dice–Te lo prometo.




                                  ****  



– Tengo que contarles algo importante –nos dice Alle mirándonos nerviosa.



Allegra ya es toda una mujercita, tiene 16 años, y es muy madura para su edad.



–Entonces sentémonos –dice Lali sonriendo, sonríe como sí ya supiera lo que tiene que decir Allegra.



–Katy, ve a jugar a tu cuarto –le pido, la pequeña de 10 años me mira alzando una ceja–Ahora.



– ¿Y por qué tendría que hacerlo? –me desafía.



–Porque yo te lo estoy ordenando –le respondo, Katy me mira pensando en que responderme, ella nunca se queda callada, siempre tiene algo que decir.



–Katy ve al cuarto cariño –le dice Lali, Katy la mira, se encoje de hombros y corre hacia su habitación–Ella es réplica exacta de ti.



Miro a Lali, y sé que tiene razón. Katy es como yo, desafiante, arrogante, vanidosa, y una pequeña rompe corazones.



Me siento en el sillón, y miro a Allegra para que comience a hablar.



–Iré directo al grano –me dice–Hay un chico.



Me quedo paralizado, y poco a poco comienzo a palidecer.



–Él me gusta, me gusta mucho –dice, yo no sé qué decir.



–Espero que sea un buen chico –dice Lali,  aun sonriendo.



–Es el mejor –le contesta Allegra.



– ¿Un...un chico? –pregunto, no puedo imaginar a mi pequeña Allegra con un chico, sabía que esto pasaría...pero no me imaginé que tan pronto.


–Sí, llevamos saliendo un par de semanas –me dice, yo aún sigo sin decir nada.



–Eres muy pequeña –le suelto.



–Peter...



Miro a Lali, ella me mira frunciendo el ceño.



–No Lali, Allegra está muy pequeña. Y no quiero que le hagan daño.



–Está bien, a esta edad las chicas comienzan a fijarse en los chicos, y tú lo sabes mejor que nadie –me replica Lali enojada.



– ¿Qué estas tratando de decir?



– ¡Que eras un maldito playboy a esta edad! –me responde Lali irritada, Allegra la mira asombrada.



– ¿Es enserio? –pregunta Allegra emocionada.



–Oh, claro que lo es –responde Lali–Tu padre era un maldito mujeriego.



–No exactamente... –digo tratando miserablemente de defenderme.



–Dile la verdad a tu hija –me dice Lali sonriendo con malicia. Oh no, de ninguna manera.



– ¿Qué verdad? –pregunta Alle, aun (Sí eso es posible) más emocionada.



–Igual caíste bajo mis encantos –le digo sonriendo con arrogancia, Lali hace una mueca.



–Eras el más feo de tu grupo –me dice, yo la miro boquiabierto. Allegra suelta una carcajada.



–Bueno no decías eso cuando...-



– ¡Cállate! –Grita Lali sonrojada– Allegra está aquí.



– ¡No importa! Yo quiero saber cómo se conocieron –chilla emocionada.



–Tu padre era un egocéntrico.



–Y tu madre una infantil.



–Y un arrogante...



–Y una antipática.



–Que se creía el centro del universo, el mejor, el más guapo, y todas las chicas andaban detrás de él.



–Tu madre y su trasero dejaban loco a cualquiera, y yo no fui la excepción–Lali se sonroja y Alle se ríe.



–Y estaba totalmente enamorada de mí –vuelvo a decir arrogante.



–Sí, lo estaba...pero yo no era la estúpida que trataba de alejarlo y meterme con otros para decirme a mí misma que él no era especial –le cuenta Lali. Allegra la mira atenta.



–Quiero saber la historia –pide Allegra.



–Yo era un chico que estaba metido en las drogas, alcohol. Iba a todas las fiestas, siempre andaba con muchas chicas, nunca algo serio. Me metía en muchas peleas, tenía muchos enemigos. Hasta que llego tu madre –miro a Lali, ella me sonríe–Ella era de alguna forma diferente, siempre estaba en mi mente...me fui enamorando y no me di cuenta hasta que la perdí.



– ¿Cómo la perdiste? –me pregunta Allegra.



–Comenzó a salir con otro chico, cosa que me puso malditamente celoso. Lali fue en esos momentos mi ángel, aun lo sigue siendo.



Allegra me mira emocionada, y Lali sonríe secándose algunas lágrimas disimuladamente.



–Me sacó del mal camino, sí ella no hubiera aparecido en mi vida, tal vez...lo más probable es que yo no estaría aquí, estaría muerto.



–Mamá prácticamente fue tu salvación.



–Ella es mi salvación.

4 comentarios:

  1. Hay me muero, que amor!! Pero solo 2 hijos? Osea para... En todo caso, que se yo, poneles 4!

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  2. Ohhhh que lindo :) que pena se acabo la nove,espero vengas con otra pronto

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  3. Me encanto kiero otra nove luego.pero con más capítulos.

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  4. Ojala subas otra nove me encanto... ojala que sea donde peter es posesibo

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