– ¡Idiota!
– ¡Infantil!
– ¡Ahh! Serás imbécil –le grite enojada.
– ¡Ahh! Serás imbécil –me dice imitándome.
–No te hablare nunca más.
Le dije sacándole la lengua, se que me estoy comportando como una nena de 5 años, pero no me importa.
–Venga, era un simple chocolate –me dice Peter encogiéndose de hombros. ¿Un simple chocolate? ¡¿Un simple chocolate?! Era MÍ chocolate.
Lo miro frunciendo el ceño, me cruzo de brazos y me siento en mi cama, él se queda parado mirándome divertido.
– ¿No me vas a hablar? –me pregunta riéndose, lo fulmino con la mirada, y tomo mi celular para ver mi Facebook.
–Nena no te enojes –me dice, siento como camina hacia mí, pero sigo mirando el teléfono, nada interesante.
–Creo que me voy a morir si no me hablas –me dice, burlándose.
Toma el teléfono de mis manos y lo deja a un lado, me toma las manos parándome y me besa, al principio forcejeo para alejarme pero luego me rindo. Le sigo el beso.
– ¿Aun estas enojada conmigo? –me dice, yo asiento y él ríe. Y sin poder contenerme me río.
–Eres un idiota –le digo cerca de sus labios, él me sonríe y vuelve a besarme, y caímos juntos a la cama.
Peter comienza a pasear sus manos por mi cuerpo cuando la puerta de mi habitación se abre.
–Ups –dice Euge, Peter suelta un gemido de frustración y sale de encima de mí.
– ¡Perdón! –dice Cande, luego Stefano entra riéndose.
–Laa necesito que me ayudes a hacer mis valijas –me dice Cande, yo frunzo el ceño.
– ¿Qué valijas?
–Para el miércoles, para el campamento. –me dice, yo suelto un gemido y miro a Peter el cual me mira con ojos suplicantes.
– ¿Y porque la china y Stefano no te ayudan?
–Porque la china viene a buscar algo para irse con Nico, seguro que son condones, y Stefano viene a pedirte el teléfono para llamar a...
–Toma –le paso el teléfono a Stefano el cual me sonríe y sale fuera de la habitación.
–Los veo luego –dice la china yéndose, miro de nuevo a Peter el cual se estira en la cama.
–Estaré esperándote –me guiña un ojo, yo sonrió y acompaño a Cande.
****
Luego de ayudar hacer las valijas a Cande, me voy a mi cuarto, no se que tanto apuro tenía Cande para hacer las valijas, el viaje es el miércoles, y estamos recién a domingo.
Llegue a mi habitación, y me encontré a Peter durmiendo, sonriendo me acerque para observarlo. Con cuidado me subí a horcajadas encima de él, sin despertarlo, se removió pero siguió durmiendo. Comencé a darle pequeños besos, en la mejilla, en la frente, en los ojos.
–Hola –le susurre cuando el abrió los ojos, me sonrió y me beso.
– ¿Cerraste la puerta con seguro? –me pregunta, yo asiento, el vuelve a sonreír y comienza a besarme, luego de un rato me saca la sudadera.
–Te deseo –me dice mordisqueando mi oreja, suelto un pequeño gemido, y me muevo encima de él, rozando nuestro sexos.
Nos seguimos tocando casi con desesperación, Peter me deja desnuda debajo de él, y comienza a mover sus caderas contra las mías, bajo mi mano y toco el borde de sus bóxer, Ethan se aparta un poco y se los saca, luego se para de la cama y busca en sus pantalones un preservativo, lo encuentra y se lo pone.
– ¿Lista?
Yo asiento y él sonríe, se vuelve acomodar encima de mí, y empuja su pene dentro de mí. Yo suelto un gemido por lo extraño que se siente, el comienza a entrar y a salir, nuestros gemidos llenan la habitación.
–Bésame –le suplico, el jadea y vuelve a embestirme, comienza a darme pequeños besos en el cuello, luego en la mejilla, por toda mi cara hasta que llega a mi boca, me besa. Nuestras lenguas se encuentran, su pene sigue entrando y saliendo y yo sigo gimiendo.
–Oh dios, Peter –mi cuerpo comienza a convulsionar, la llegada de un fuerte orgasmo, él gruñe y sigue embistiendo más rápido y hasta el fondo.
–Lali... déjate ir –me dice, me muerde el cuello para ahogar un gemido, luego de unas cuantas penetraciones más, me dejo ir, gimiendo el nombre de Peter.
Peter cae rendido encima de mí, estamos sudando y con la respiración agitada.
–Eso...fue increíble –me dice Peter al oído, yo suelto una risa. Peter se saca el preservativo y va hacia el baño para botarlo y lavarse.
–Estás loco-le digo provocando su risa.
–Mañana te comprare un chocolate nena –me dice llegando hacia mí de nuevo.
– ¿Tu nunca te cansas? –le digo cuando vuelve a mover sus caderas contra la mías.
–Contigo nunca –me dice besando mi cuello.
–Mierda Peter, mi teléfono –le digo, y como sí lo estuviera invocando o algo, llaman a la puerta.
– ¡Laa te traigo tu teléfono! –me grita Stefano, Peter suelta un gemido y se levanta.
Yo me siento y busco mis bragas y sujetador.
–Toma nena, y tapate con las mantas –me dice pasándome mi ropa interior, lo veo poniéndose el bóxer y caminar hacia la puerta.
Me pongo el sujetador y las bragas rápidamente y me tapo.
–La perdón por...
Stefano se queda en silencio cuando ve a Peter en bóxer.
–Yo...eh, hola –le pasa el teléfono– Decile gracias a Lali de mi parte.
Luego se da media vuelta y se va, Peter cierra la puerta y viene hacia mí.
– ¿Vamos a ducharnos? –me sonríe pícaramente, yo me levanto y tomo su mano y juntos vamos al baño.
21 de Noviembre.
–Lali, ¡la puta madre levántate! –Me grita.
–Mierda, imbécil, bastarda, me cago en la puta ¡Me asustaste idiota! – le grito histérica.
–Oh dios –Carcajea– Oh my goood me muero.
–Sí, síguete riendo maldita.
Me levanto del suelo, sí la muy puta me asusto y me caí al suelo. Camino al baño.
– ¿Tus valijas están listas?
Hoy es el "Gran día" me cago en todos.
–Sip, no quiero ir –digo con un puchero.
La china se ríe.
–Iré a ver a los chicos, apúrate.
****
–Chicas, chicos ¡Suban! –grita una profesora, caminamos hacia el bus azul con la china, Cande y Stefano.
Todos en "orden" suben al bus. Yo camino y sigo refunfuñando.
– ¿Hey Lalita un mal polvo? ¿O no te lo dieron esta mañana? –me dice Stefano riendo, yo lo fulmino con la mirada.
–Jódete.
Alguien me abraza por detrás y se inmediatamente quien es, mi humor sube considerablemente.
–Hola nena.
Sonrió olvidándome de todo. Lo miro por encima de mi hombro y lo beso. Nuestras lenguas juegan y antes de separarme le muerdo el labio, el suelta un pequeño gemido.
–Hola –le sonrió.
–Uf gracias a dios que llegas, anda toda cascarrabias, necesita un polvo –le suelta mi super amiga Eugenia. Yo me sonrojo cuando Peter suelta una carcajada.
–Mmm –su nariz está en mi pelo– Me encanta como hueles, te puedo ayudar con lo del polvo.
Caminamos un poco más, Peter le quita una manta a Nico antes de subir al bus.
La china se sentó con Nico en los asientos de al lado, Stefano con Cande en los de al frente de ellos, yo con Peter. Agus estaba con otro chico en los asientos de atras de nosotros.
–Te extrañe ayer –me dice cuando ya estamos sentados tapados por la manta, ayer nos vimos solo en clase de francés. Porque yo estuve haciendo un trabajo.
–Yo igual –le digo agarrando su cuello y acercándolo a mí– Te necesito –le susurro, y el jadea.
–Nena, Mierda ya estoy duro –me dice, y para comprobarlo lo toco, muerde mi cuello para ahogar un gemido.
–Dios...–lo sigo acariciando y el me besa el cuello.
–Vamos al baño –me dice mirando el pasillo. Han pasado dos horas de viaje y casi todos duermen. Sin importarme nada me levanto y le tomo la mano. Dejamos la manta en el asiento y caminamos al pequeño baño del bus.
–Sin hacer demasiado ruido –le digo y el me guiña.
Nos encerramos en el pequeño baño y el me sube al lavamanos, se desabrocha el pantalón, me sube la falda. Pasando sus manos por mis muslos, un suspiro sale de mí. Y él me sonríe.
–Dios...ya estas lista –me dice cuando sus dedos tocan mi sexo.
–Peter...
–Sin hacer demasiado ruido –me dice al oído mordisqueando mi oreja, pasa sus manos por encima de mis bragas y las baja con mi ayuda. Miro sus pantalones y sonriendo con malicia meto la mano adentro de estos, el suelta un gemido que calló con un beso. Paso mis manos por encima de su bóxer, masajeándolo. El me muerde el labio y yo meto la mano por debajo de sus bóxer agarrando su polla.
–Lali... –jadea– Mierda no –me dice cuando comienzo a masturbarlo–Me voy a...correr.
Toma mis manos bruscamente y las saca de su bóxer, las lleva a sus labios y las besa.
–Aún no –me dice, luego se baja el bóxer y me abre las piernas– ¿Lista?
–Sí... vamos, te necesito –Él me dedica una sonrisa arrogante. Y sin darme cuenta, entra en mí.
–Ahhh –Un gemido sale de mí, y él me besa ahogándolo. Y comienza su dulce tortura.
Me penetra una y otra vez, y ahogamos los gemidos, me muerde el cuello mientras sigue con su ritmo, con las penetraciones hasta el fondo.
–Peter... –Susurro y me vengo, otras embestidas más y Peter se corre.
Uhhhhh.. No usaron protección...
ResponderBorrarNo vendrá un bebe laliter después no?? Jajaj
Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas.. =D